Pese a ser el principal factor de riesgo cardiovascular, más peligroso inclusive que el tabaquismo, y a ocupar el primer puesto como causa de mortalidad y de discapacidad, la hipertensión arterial no es seriamente considerada como enfermedad y no le dan la importancia que se merece los pacientes, algunos profesionales de la salud y tampoco el propio sistema sanitario”. Así lo expresaron desde la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), que presentó los resultados de la Campaña “Conoce y Controla tu Presión Arterial 2018”, alineada con una iniciativa global de la Sociedad Internacional de Hipertensión, que incluyó, entre otras actividades, la medición de la presión arterial de más de 68 mil adultos.
Entre las principales conclusiones de este sondeo, se vio que sobre 21.825 mayores de 18 años que presentaron niveles elevados de presión arterial (31,8% del total), casi 4 de cada 10 (37,7%) desconocían su condición. Entre quienes se sabían hipertensos, un 27,4% estaba en tratamiento, pero no presentaba un buen control de su enfermedad, y un 3,1% no estaba recibiendo ningún tratamiento. En otras palabras, casi 7 de cada 10 hipertensos (68,2%) que se acercaron voluntariamente para hacerse un control no sabían de su enfermedad, no estaban en tratamiento o el tratamiento era deficiente. Llamativamente, solo un tercio (31,8%) se encontraba bajo tratamiento y bien controlado.
Con respecto a las fallas relacionadas al conocimiento y al control de la hipertensión arterial, la Dra. Judith Zilberman (MN 82.159), especialista en Cardiología e Hipertensión Arterial, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, afirmó que hay que buscar los motivos tanto en los pacientes como en los médicos tratantes o el sistema de salud. Por el lado de los pacientes, “el principal problema es la mala adherencia al tratamiento, la cual puede relacionarse con la falta de síntomas vinculados a la hipertensión, los efectos adversos o el costo de las medicaciones o simplemente por olvidos involuntarios o creencias de los pacientes respecto de la ingesta de la medicación”.
Los médicos, agregó la especialista, “prescriben dosis menores a las necesarias, utilizan menos drogas que las requeridas o combinaciones de drogas inadecuadas, y -muchas veces- subestiman la verdadera dimensión de la hipertensión arterial, un conjunto de condiciones que configuran el concepto de inercia médica”.
Finalmente, al referirse al sistema de salud, la Dra. Zilberman señaló como principales problemas la ausencia de políticas adecuadas en relación con la hipertensión arterial y sus consecuencias, el escaso tiempo del médico para cada consulta y la falta de campañas masivas de concientización.
“En la práctica clínica diaria, es habitual y es correcto recomendarle al paciente que baje un poco de peso, trate de evitar la sal, coma más frutas y verduras y realice ejercicio físico. Sin embargo, si se confirma que la presión arterial no está controlada, deberíamos intensificar el tratamiento”, insistió el Dr. Marcos Marín (MN 63.580), médico cardiólogo.
Contribuyen al desarrollo de la hipertensión arterial el consumo excesivo de sal, el sobrepeso y la obesidad (sobre todo la obesidad abdominal), la falta de actividad física diaria y tener antecedentes de familiares directos de hipertensión.
Cómo tomarse la presión arterial:
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