A diferencia del bótox facial, el cual se realiza con la toxina botulínica, el bótox capilar es un tratamiento que se realiza en la peluquería y combina vitaminas, aminoácidos de proteínas, ácido hialurónico y colágeno que devuelven la hidratación y el brillo al pelo.
Además, el bótox capilar repara el daño acumulado y restaura la fibra capilar, otorga un mayor brillo al cabello, quita el frizz y elimina el aspecto quebradizo del pelo.
Dicho tratamiento se aplica en diferentes mechones hacia las puntas dejando que la mezcla de vitaminas y aminoácidos se impregne en el pelo durante unos 25 minutos.
Los resultados del bótox capilar sobre el cabello suelen durar alrededor de 25 a 30 días, aunque esta duración puede variar en función de las características del cada persona, así como de la calidad de los productos que se utilizan. Además, hay que llevar a cabo cuidados específicos luego del tratamiento, ya que, de no hacerlo, el cabello podría perder el aspecto conseguido.
Al contrario del tratamiento con queratina, el bótox capilar no requiere de un tiempo específico de espera para lavar el pelo, aunque, algunos profesionales indican que cuanto más se espere, mayor será la absorción del tratamiento.
Si se tiene el cabello dañado, quebradizo o débil por el uso continuado de productos nocivos, una mala alimentación o excesiva exposición al sol, el viento o el calor de las planchitas y secadores de pelo, el bótox es una opción que restablecerá los nutrientes perdidos y devolverá a la cabellera una consistencia saludable.
En conclusión, el bótox capilar tiene más beneficios que contraindicaciones, pero, al tratarse de un tratamiento estético y no médico, no evitará que se termine por caer el pelo si este es débil. Pero no debido al tratamiento en sí, sino por causas genéticas.