La crisis global que genera la pandemia del coronavirus provoca una situación de incertidumbre excepcional. Como consecuencia,vivimos momentos de gran ansiedad y estrés que, sumado a las modificaciones de nuestra rutina generadas por el aislamiento social preventivo y obligatorio, pueden contribuir a alterar el ciclo de sueño vigilia. El sueño cumple funciones centrales para nuestro desarrollo saludable. Entonces, su alteración no solo deriva en cuestiones ligadas al cansancio físico, sino también en perjuicio sobretodo de nuestro organismo. Es que cuando dormimos, se consolidan aprendizajes importantes obtenidos en el día y se secreta la hormona decrecimiento durante el desarrollo.
Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison realizaron un estudio por el que concluyeron que durante el sueño aumenta la actividad en los genes involucrados en la producción de oligodendrocitos. Estas células son fundamentales ya que son responsables de recubrirlas neuronas de mielina, que es un material aislante que favorece la conducción del impulso nervioso. Además de estar asociado con funciones inmunes y endócrinas, el sueño también juega un rol esencial en nuestro bienestar emocional y puede conducir a ideas creativas.Para ayudar a recuperar el equilibrio en el ciclo de sueño-vigilia,necesitamos mantener una serie de hábitos concretos, sobre todo enestos momentos en que muchos de ellos dependen de nuestras propias decisiones.
La principal medida es ser constantes en la hora en la que nos dormimos y en la que nos despertamos. Muchas veces nos queda la sensación de tener que dormir más y que, si fuera por nosotros, nos quedaríamos un rato largo en la cama. La sensación de sueño y cansancio es producto de las irregularidades en nuestro hábito de dormir. Pareciera que nuestro cuerpo nos pide seguir durmiendo. Hay algunas pautas que podemos tomar para lograr un buen descanso: