Aunque a veces nos parezca imposible, mantener una rutina que balancee los tiempos destinados al trabajo, a las tareas del hogar y al entretenimiento es importante para nuestro bienestar

La pandemia del COVID 19 trastocó nuestras vidas por completo. El miedo y la ansiedad que nos genera esta pandemia y el encierro que vivimos por el aislamiento preventivo obligatorio impacta en nuestro estado de ánimo.

Mantener una rutina que balancee los tiempos destinados al trabajo, a las tareas del hogar y al entretenimiento es importante para nuestro bienestar. Aunque a veces nos parezca imposible, tenemos que reservarnos un tiempo para nosotros mismos en el que nos relajemos, escuchemos música o leamos un libro. Es una manera de ayudar a calmarnos. También es necesario tener momentos para aburrirnos. Cuando estamos pensando en nada, nuestros cerebros poseen una actividad propia que es coherente y organizada, e incluso independiente de cuál sea el contenido de nuestros pensamientos. Esto nos ayuda a relajarnos y además promueve las ideas creativas.

Meditar es una práctica que puede beneficiarnos en estos momentos. Nos permite observar nuestros propios pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. Así, nos ayuda a transitar las situaciones que nos causan sufrimiento y a fortalecer las cualidades que nos generan genuino bienestar. Por ejemplo, la meditación mindfulness, que puede traducirse como “atención o mente plena”, invita a las personas que la practican a desarrollar su capacidad de vivir plenamente atentas, conscientes y presentes con intención, momento a momento y sin juzgar. Diversos estudios controlados demuestran los beneficios de esta práctica entre los cuales se incluyen la reducción del estrés, el alivio de los síntomas de ansiedad y depresión que acompaña a determinadas enfermedades, la percepción menos severa del dolor crónico, la mejora de la calidad del sueño y el bienestar emocional, la mejora en la adherencia a los tratamientos médicos y/o psicológicos, y el aumento en la motivación para realizar cambios en la calidad de vida.

¿Qué sucede en el cerebro durante la meditación? Ciertos estudios reconocen que durante una práctica de meditación, se evidencia un predominio del tono parasimpático, es decir, de las estructuras de nuestro sistema nervioso autónomo que generan los cambios fisiológicos asociados con la relajación, tales como la disminución de la frecuencia cardíaca y la respiratoria. Para estos investigadores, la meditación puede producir cambios también en nuestro sistema nervioso central. Se ha visto, por ejemplo, que las áreas de la corteza prefrontal, asociadas con emociones y funciones sociales, son intensamente estimuladas con la meditación, mientras que las áreas del cerebro típicamente asociadas con el procesamiento de las emociones negativas, tales como la amígdala, disminuyen su actividad.

Es importante poner en perspectiva esta situación social que, por supuesto, tiene y va a tener costos muy duros, pero de la que vamos a salir adelante gracias a los avances de la ciencia y la medicina; y sobre todo a través del esfuerzo colectivo.

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