El fútbol suele despertar muchas pasiones, muchos nervios, muchos de los cuales pueden ser perjudiciales para la salud. Los trastornos de ansiedad se hacen presentes, especialmente en época de Mundial, de definición de torneos o partidos clásicos.

El fútbol es, tal vez, el deporte que mayor cantidad de nervios genera entre sus seguidores. El Mundial, los partidos clásicos, como el River-Boca, las instancias finales, las copas internacionales aumentan el sufrimiento que afrontan los simpatizantes.

Por este motivo, profesionales del Centro de Estudios Especializados en Trastorno de Ansiedad (CEETA), explican por qué la tensión que viven los simpatizantes de fútbol puede derivar en padecer distintos trastornos de ansiedad o agudizar los existentes.

Los torneos de fútbol son eventos que provocan, especialmente en nuestro país, grandes euforias y fanatismos que llevan a alcanzar importantes niveles de adrenalina y nerviosismo en los simpatizantes.

Por otra parte, la adrenalina que genera tanta expectativa e incertidumbre ante los resultados de los partidos hace que aumenten los niveles de tensión y junto a éstos, aumentan los niveles de ansiedad, fundamentalmente en los partidos decisivos, donde el que no gana queda eliminado.

Según la licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA, esta ansiedad que viven algunas personas al ver un deporte como el fútbol "puede provocar trastornos de pánico, trastornos por ansiedad generalizada o puede generar preocupación excesiva con síntomas físicos concomitantes".

Además, en muchos otros casos se puede dar otro cuadro como la ansiedad social o fobia social que es el temor a no ser aceptado, a ser ridiculizado o burlados por otras personas.

"El fútbol, especialmente el Mundial o partidos clásicos importantes, generalmente provoca que las personas se reúnan a ver los partidos y esto hace que individuos con tendencia a la timidez pueden tener temor a hacer un papelón en público como, por ejemplo, gritar excesivamente un gol o maldecir ante una situación desfavorable del partido", explica la especialista.

A partir de una situación de este estilo el trastorno sale a la luz y puede perjudicar otras áreas de la vida, como miedo a hablar en público, concurrir a eventos sociales, presentaciones ante muchas personas, rendir examen, entre otras.

"Los síntomas más frecuentes son la ruborización, temblores, sudoración, taquicardia, agitación respiratoria, deseos intensos de escapar de la situación social y hasta, en los casos más graves, ataques de pánico. Si todos estos síntomas o sensaciones se presentan, significa que estamos ante la presencia de un cuadro de ansiedad social", explica Martínez Castro.

Propensión a la Ansiedad Social

Hay muchas personas que tienen una predisposición a padecer trastornos de ansiedad, pero no lo saben. Esta predisposición puede darse por la simple genética o puede ser configurada en la infancia por tener padres ansiosos, nerviosos, sobreprotectores o temerosos.

Además, "hay, situaciones desencadenantes donde se vive una alta tensión como por ejemplo quedar afuera de un Mundial, un gol a último minuto, ganar un campeonato o un partido importante que pueden 'despertar' esta tendencia y provocar trastornos de pánico, trastornos por ansiedad generalizada o preocupación excesiva", agrega.

Estas situaciones desencadenantes pueden estimular los distintos tipos de trastornos en el momento en que se vive la tensión o no. Es decir que la persona con predisposición, que vive una situación de tensión, puede padecer los síntomas desde ese primer momento o entre los seis meses o hasta un año después del factor desencadenante.


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