Conocido vulgarmente como “Desconfío”, se juega con barajas españolas de 52 naipes. La estrategia se basa en ser valiente, engañar y tener habilidad para deshacerse de todas las cartas que uno tiene en la mano, sin que descubran el engaño.

Puede comenzar el repartidor, el que tenga el as de espadas, el dos de tréboles o quien tenga más cartas, si la distribución no se hizo equitativamente. Esa persona deja una carta o varias en la mesa y les dice a los otros jugadores el tipo que acaba de usar. La persona que empiece el juego debe dejar un as o un dos.

El juego continúa dejando cartas en sentido horario y ascendente. Por ejemplo, si el primer jugador dejó uno o más ases, el tercero debe dejar tres o más dos y así sucesivamente. Cuando sea el turno de dejar las cartas, se debe decir 'Un as', 'dos dos', 'tres reyes'. Es posible que no se tengan esas cartas que se necesiten dejar, así que la diversión está en fingirlo.

Sin embargo, si no se tienes ninguna de las cartas requeridas, es mejor no fingir que se dejan 3 de ellas y definitivamente tampoco cuatro. Si se dice que ha dejado 3 cartas de un número que no se tiene, lo más probable es que un jugador tenga al menos dos de ellas y sabrá que miente, y lo llamará "¡mentiroso!". Si se sabe que alguien miente porque se tienen las cartas que él dice poseer, porque se está quedando sin ellas o simplemente porque se tiene un presentimiento de que no dice la verdad, hay que decirle "¡mentiroso!" después de que deje las cartas y anuncie cuáles son. Hacerlo implica una acusación y por ello, la persona que acaba de jugar las cartas debe voltearlas y mostrarles a todos su verdadero valor.

Si las cartas no son lo que el jugador dijo y la persona que lo llamó "mentiroso" estaba en lo correcto, el mentiroso se lleva todas las cartas de la pila y agrega más a su mano.

Después de que se le haya llamado a alguien "mentiroso", se debe comenzar otra ronda con la última persona que jugó. A medida que el juego avanza, se vuelve más difícil decir una mentira creíble durante una ronda, especialmente si la cantidad de cartas que se tienen disminuye. Al final, dependerá de la suerte y de qué tan bien disimulen los gestos; solo hay que procurar no hacer movimientos demasiado riesgosos y no acusar a alguien de "mentiroso" a menos que se esté completamente seguro de que efectivamente lo es.

Si se jugaron todas las cartas de la mano de un jugador, significa que ganó. Por supuesto, la mayoría de los jugadores lo acusarán de "mentiroso" durante la última parte del juego, pero se puede evitar haciendo una jugada final de forma muy sutil y rápida o acusando de "mentiroso" a la persona que juega justo antes que uno, con la esperanza de comenzar la siguiente ronda. El juego mentiroso en verdad se basa en la estrategia y, mientas más se practique mejor se jugará

Luego de que un jugador gane, el resto puede seguir jugando hasta que queden dos o tres personas si así lo quieren. Si solo queda una carta, no hay que anunciarlo con anticipación o los demás sabrán que está a punto de ganar.

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