San La Muerte es una entidad venerada en la región guaraní de América del Sur y principalmente en territorios del Paraguay, del noreste de Argentina y Sur de Brasil. Mañana es su día.
Desde la década del ‘60, debido a las migraciones internas, el culto se ha extendido a ciertas zonas de la provincia argentina de Santa Fe y, especialmente, al Gran Buenos Aires. Sus imágenes sirven de amuleto, suelen ser talladas (a excepción de la guadaña , que se le suele añadir) en una sola pieza de madera dura, hueso (en ocasiones huesos humanos), plomo, yeso etc. Se trata de estatuillas si se quiere colocar debajo de la piel o como colgante: las más altas miden 15 cm, las más pequeñas suelen medir tres centímetros y representan a un esqueleto humano con una guadaña cuya hoja es de lata. El mango de la guadaña se apoya en una plataforma a la altura de la cintura estando por su parte toda la imagen generalmente ubicada sobre otra plataforma. Esta es la representación más frecuente, aunque existen estatuillas con la figurilla sentada o acuclillada, sin guadaña, con las manos apoyadas en el mentón o en la nuca: estas posturas corresponden con la iconografía católica para el Señor de la Paciencia; sin embargo, esta veneración de San La Muerte nada tiene que ver con la Iglesia Católica Apostólica Romana, para la cual esta práctica de adoración a San La Muerte es considerada un culto pagano y reñido totalmente con las “enseñanzas” de Jesús. Además de San La Muerte se le llama: Señor de la Buena Muerte, Señor de la Paciencia, San Justo Nuestro Señor de la Buena Muerte, Nuestro Señor de Dios y la Muerte, San Esqueleto , Ayucaba, Señor que Todo lo Puede (particularmente en Formosa), San Severo de la Muerte (especialmente en Corrientes y en Formosa), o - a veces por temor- solamente San o “El santito”. A San La Muerte se lo invoca igual que a otro santo, con la diferencia que a éste sus fieles también le pueden llegar a pedir que realice algún daño a alguien.
Sus atributos Su guadaña: El San La Muerte posee en su mano derecha una guadaña como señal de la igualdad ante Dios, simbolizando que a todo ser viviente le llegará su hora de partir ante él. Su figura esquelética: Representa la similitud con todos los seres humanos, y que la muerte está desarraigada de lo material, o sea la tentación de los hombres. Sus ojos rojos: Representa la sangre, que por medio de su color, une a todos los seres humanos. Su sonrisa: Demuestra el regocijo del conocimiento eterno sobre la vida y la muerte. Sus mantos o capas: Pueden estar representados de distintos colores: Negro, blanco o rojo. Todos refieren a la mismo San La Muerte, pero manifestando la energía o el pedido del fiel ante él. Su mirada ante el mundo: Desde su posición justa que Dios le ha otorgado para ver a los hombres con mirada equitativa. Este amuleto no se considera eficaz si no está bendecido, pero siendo considerado parte de un culto no cristiano la Iglesia se niega a realizar bendiciones de la estatuilla o cualquier representación de San La Muerte, por este motivo sus devotos acuden a las misas católicas con estas representaciones y cuando el sacerdote imparte la bendición descubren las imágenes.