Consta de un tablero que representa el plano de una casa, dados, bloc de notas, cartas y fichas de colores.
El objetivo es descubrir, a través de la deducción y la eliminación, al asesino del Dr. Lemon, propietario de la casa, en cuál de las nueve habitaciones de la mansión fue asesinado y cuál de las seis armas fue utilizada. Es fácil de aprender y muy divertido para jugar en familia.
El juego dura unos treinta minutos, pueden participar entre tres y seis jugadores. Las tres o seis personas que se encuentran en la casa en el momento del suceso y que, por tanto, son sospechosas, están representadas por las fichas de colores que proporciona el juego. Sus nombres se relacionan directamente con el color de la ficha. Así tenemos al marqués de Marina (ficha azul), el doctor Mandarino (naranja), el señor Pizarro (negro), la profesora Rubio (amarillo), la señorita Amapola (rojo) y la señora Prado (verde).
Las seis armas, que incluyen el arma homicida, están representadas por objetos que se emplazarán durante el transcurso del juego en diferentes lugares del tablero, según las especulaciones o sospechas de los jugadores. Estas armas son: el puñal, el candelabro, la pistola, la porra, la cuerda y la llave inglesa.
Tanto los personajes, como los aposentos, y las armas están ilustrados en diversas cartas. Completan el juego el sobre del asesinato en el que se colocan las cartas con la combinación verdadera, y un bloc de notas en el cual se anotan los descubrimientos que se van realizando en el transcurso del juego.
Para comenzar la partida, el tablero se coloca sobre la mesa con todas las fichas en la casilla de inicio. Cada jugador elige una identidad que se corresponde con la ficha de un color y toma, una hoja del bloc de notas, donde irá plasmando sus deducciones. Se barajan por separado las cartas de las armas, de los personajes y de las habitaciones. Se coloca, de manera que nadie la vea, una carta de cada montón dentro del sobre del asesinato. En el sobre se encontrará la solución del enigma. El resto de cartas se barajan de nuevo todas juntas y se reparten entre los jugadores, en el más estricto secreto. Cada uno anotará las pistas que ha recibido en su hoja de notas, asegurándose de que nadie más pueda ver el contenido
. La partida termina cuando uno de los jugadores formula una acusación acertada.