El continental se juega con varias barajas inglesas, aunque también se admiten las de poker español; y se necesitan dos comodines por baraja. Pueden jugar de dos a ocho jugadores, pero siempre lo hacen en forma individual, sin formar parejas ni equipos. Para cuatro jugadores hay que empezar con dos barajas y terminar con tres.
De cinco a ocho jugadores es conveniente empezar con dos barajas, añadir una después de los dos primeros juegos parciales, y otra después de los dos siguientes.
El valor de las cartas es similar -excepto para treses y doses- al que tienen en la canasta: comodín: 50 puntos; as: 20 puntos; figuras (J, Q, K) y cartas numerales ocho, nueve y diez: 10 puntos; cartas numerales del dos al siete: 5 puntos.
El orden de las cartas es el usual, del dos al rey. El as puede ser la carta mayor, la carta menor a incluso intermedia entre el dos y la K.
Cuando un jugador cierra por haber ligado todas sus cartas, los demás se anotan los tantos que valen las que aún tienen en su poder, aunque formen parte de una combinación. Hay que tener en cuenta que los jugadores pueden hacer en cada mano dos combinaciones, el trío, que consiste en tres cartas del mismo índice, sin importar el palo, y la escalera, que son cuatro cartas consecutivas del mismo palo.
El número de cartas indicado en las combinaciones anteriores es el mínimo.
El máximo en un trío viene determinado por el número de barajas en juego (cuatro cartas por baraja más dos comodines). En la escalera no puede haber cartas repetidas, por lo que el número máximo es de trece (todas las de un palo), aunque algunas estén sustituidas por comodines. Puede empezar y acabar por cualquier carta y el as ser la carta intermedia entre el dos y el rey.
Cuando un jugador consigue realizar las combinaciones exigidas, cierra. Pero si no puede hacerlo por tener demasiadas cartas, o por haber tomado cartas extra de castigo, puede exponer las combinaciones requeridas y quedarse en la mano con las cartas restantes, combinadas o no.
Las ventajas de exponer las cartas combinadas son disminuir los puntos de penalización si alguien cierra; poder colocar las cartas sin combinar en las combinaciones ajenas expuestas, aunque con ciertas limitaciones (las escaleras no pueden deshacerse o dividirse ni pueden contener cartas repetidas); poder usar los comodines expuestos; después de abrir, cualquier jugador puede sustituir un comodín expuesto en la mesa por la carta que representa y utilizarlo en cualquier otra escalera para ligar las cartas que queden en la mano. El único motivo de colocarlo en otro trío es el de no poder ser aprovechado por otros jugadores.
Por último no exponer las cartas supone no gozar de las anteriores ventajas, no poder descartarse de ninguna carta utilizable en las combinaciones expuestas y verse obligado a deshacer el juego ya ligado. Por otro lado, exponer supone la desventaja de facilitar el cierre de otro jugador.
Al terminar la última mano, el jugador que tenga menos puntos acumulados será el ganador de la partida.