Si están reunidos en una casa, son tres o más en el grupo y tienen dos dados de seis caras a mano, hay un juego que está bueno para divertirse un rato y, por qué no, proponer alguna apuesta para que sea más entretenido. Ideal para estas vacaciones de invierno.

Este juego que proponemos hoy es para que se realice de tres participantes en adelante. Es muy sencillo, pero a la vez a veces cargado de tensión.

Se colocan en torno a una mesa y lanzan los dados, el que saca el número más alto empieza y se continúa en el sentido de las agujas del reloj.

El primero coloca la apuesta inicial y los demás deben igualar o subir; no se permite abandonar en la primera ronda. Una vez igualadas todas las apuestas, el primero tira y puede ganar, perder o pasar.

Gana el que consigue sumar 10 entre los dos dados lanzados. Pierde quien suma 2 o 12 (o sea, dos ases o dos 6). Pasa quien suma 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 11.

En el caso de ganar, se llevará lo que se haya apostado para esa mano. Si por el contrario pierde, tiene la oportunidad de seguir jugando poniendo de nuevo su apuesta de la primera ronda en la mesa, pudiendo entonces volver a tirar al instante para optar la apuesta.

Esto solo se puede realizar una vez por juego, a la segunda vez perdida, se debe abandonar la mesa.

Si se obtiene un resultado de pasar, el siguiente jugador tira y se repite el proceso.

Si todos los jugadores pasan, se entra en una segunda ronda de apuestas en la que se puede pasar, subir, igualar o abandonar.

Si se opta por límite de apuesta no se puede sobrepasar de ninguna manera, si en cambio se pacta ilimitado, el jugador sin dinero para continuar la apuesta abandona la mesa.

Se aceptan objetos puntualmente como pago para la apuesta final, todos exentos de comisión para la banca.

Si la mesa y la casa va quedando vacías y solo hay dos personas para jugar, te invitamos a probar un juego de similares características: El Duelo.

Es un juego exclusivo para dos jugadores. Se colocan uno frente a otro y se lanzan los dos dados, el que más saque empieza.

El primero coloca la apuesta inicial y el segundo debe igualarla o subirla. Una vez igualadas las apuestas se lanzan los dados y según el resultado se gana, pasa o pierde. Ganan 7 u 11; pierden: 2, 3 y 12; pasan: 4, 5, 6, 8, 9 y 10.


Si los dos jugadores pasan, tienen la posibilidad de subir la apuesta o pasar.

Si se sube, debe ser igualada por el otro jugador o abandonar. En el caso de no tener suficiente, para igualar, si se optó por apuesta ilimitada el jugador pierde. Si hay límite de apuesta pactado de antemano, no se puede sobrepasar de ninguna manera.

Están los dados, están las apuestas, solo hay que arriesgarse y tirará Como dijo Julio César, el gran emperador romano, al cruzar el Rubicón: "Alea jacta est", o "el dado tirado está".

En definitiva, la suerte está echada y el azar será el que mande.


      Embed