El Pinche es un juego de cartas que también se conoce con el nombre de "Ronda". Por supuesto, tal sus respectivas denominaciones, no es novedad confirmar que el mismo es originario de España y que, obviamente, se juega con 40 o 48 naipes de barajas españolas.
Una partida de Pinche puede durar como mucho, no más de 15 minutos. En cuanto a las reglas generales y al propósito de El Pinche, como en otras competencias, el objetivo consiste en conseguir la mayor cantidad de cartas posibles.
Es un juego en el que pueden participar dos o más personas. En el caso de jugar cuatro, no existe demasiados misterios, una pareja juega contra la otra.
Una vez barajadas y cortadas las cartas, el jugador que las reparte da tres a cada uno y extiende, boca arriba, cuatro cartas sobre la mesa. Este jugador conserva el mazo, ya que después de cada mano, tiene que volver a dar tres cartas a cada jugador.
El juego consiste en formar, con una de las cartas que se tienen en la mano y otra del mismo valor que esté sobre la mesa, una pareja de cartas iguales, que constituye el punto de partida para ir recogiendo las otras cartas correlativas inmediatas.
Por ejemplo, suponiendo que un jugador tiene en la mano un cuatro, y en la mesa hay otro cuatro, un cinco y un seis, con su cuatro dice 'cuatro con cuatro' y toma el cuatro de la mesa con el suyo; la jugada le da la chance de no quedarse con esto solo y puede permitirse nada menos que continuar recolectando lo siguiente, o sea, luego el cinco y a continuación el seis.
Si en el caso del ejemplo, en la mesa hubiera dos cuatros, sólo se le permite tomar uno de ellos. La baza que ha hecho la pone frente a sí, boca arriba, para que los restantes jugadores sepan en todo momento qué carta 'hay en la boca', porque si otro de los jugadores tiene en su mano otro cuatro, puede, cuando le llegue el turno de jugar, decir 'cuatro con cuatro' y colocar sobre la baza del primer jugador recogiendo para sí todo el montón.
Pero si en la mesa hubiera también un cuatro, este segundo jugador deberá tomar únicamente el de la mesa y no la baza del primer jugador.
Un jugador puede defender su baza echando a la mesa una carta igual, si es que la tiene, para que el que esté en condiciones de 'robar' tenga que resignarse a tomar la de la mesa.
Concluida esa mano, el jugador que da, distribuye nuevamente tres cartas a cada uno, prosiguiendo en la misma forma explicada hasta agotar el mazo.
Gana el jugador que por este sistema de emparejar haya conseguido reunir más cartas. Por supuesto que la cantidad de partidas depende del acuerdo previo entre los participantes. Hecho que se acrecienta según el humor de los derrotados.