Es uno de los juegos de naipes más tradicionales del mundo. Se puede disfrutar tanto en familia como jugarlo de manera profesional. Tiene la particularidad de poder hacerlo con diferentes barajas y la pasión sigue siendo la misma. “La Banca”, el rival a vencer.
Para jugar al siete y medio se utilizan 40 naipes de la baraja española. El objetivo principal es tratar de sumar siete puntos y medio, o la cifra que más se aproxime a eso y que supere al total obtenido por la Banca. Sus orígenes son totalmente inciertos, sin embargo se supone que se sitúan en las apuestas sobre el naipe que se sacaría al cortar la baraja.

Después de apostar a que se consigue sacar un siete, vendría la apuesta a que el siguiente naipe es una figura, y de ahí es sencillo especular sobre la continuación hasta llegar al juego del siete y medio tal como se conoce y se juega actualmente.

El valor de todas las cartas del jugador debe sumar siete puntos y medio o bien acercarse al máximo a este valor sin pasarse. La banca juega contra cada uno de los puntos individualmente y su jugada debe superar o igualar la de cada uno de ellos. En caso de empate, la banca gana.

Los jugadores pueden ser a partir de dos, sin embargo la única limitación proviene del número de cartas del mazo (40), por lo que se recomienda un máximo de ocho jugadores. Si bien se utiliza la baraja española, puede también utilizarse cualquier baraja de 40 cartas que tenga 12 figuras y 28 cartas cuyos valores sean consecutivos del uno al siete. El valor de las cartas se asigna de la siguiente forma: Las figuras (J, Q y K) valen medio punto, el resto tienen el valor representado por su índice: el uno o as vale un punto y así sucesivamente.

Es un juego muy popular que se disfruta en familia, entre amigos o entre jugadores profesionales. Por eso existen muchas variantes o particularidades locales, cuya validez a lo largo del juego deberá acordarse al inicio de éste. Asimismo, para iniciar el juego, deberá establecerse que jugador será el primero en tener la banca. Esto puede hacerse por sorteo, aunque también es usual que un jugador compre la banca pagando una compensación a cada uno de los demás jugadores.

La banca deberá repartir las cartas y pagar o cobrar, de acuerdo a lo que hayan obtenido los otros jugadores. Cada jugador recibe dos naipes, la primera de ellas boca abajo y la segunda boca arriba. Conociendo sólo el valor de una de sus cartas, cada jugador deberá decidir si le pide a la Banca que le dé más cartas, ya que podrá solicitar todas las que considere necesarias para tratar de llegar a siete y medio, pero a la vez estará corriendo el riesgo de pasarse o si prefiere "plantarse", es decir, enfrentar a la banca sólo con las que tiene en ese momento.

Si la carta que está a la vista es una figura, se puede realizar dos jugadas simultáneas, es decir, jugar como si fueran dos personas diferentes. El jugador podrá triplicar, cuadruplicar, quintuplicar, y así sucesivamente, sus jugadas hasta tanto reciba un naipe que no sea una figura. Una vez que todos los jugadores han definido su jugada, es el turno de la Banca, la que procederá a plantarse o pedir cartas de acuerdo a las cifras que vaya obteniendo.

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