El objetivo es conseguir siete y medio, es decir, que el valor de todas las cartas del jugador sume siete puntos y medio o bien se acerque el máximo a este valor sin pasarse. La banca juega contra cada uno de los puntos individualmente y su jugada ha de superar o igualar la de cada uno de ellos. En caso de empate, la banca gana.
Como el palo en este juego no tiene importancia, puede también utilizarse cualquier baraja de 40 cartas que tenga 12 figuras y 28 cartas distribuidas en cuatro grupos cuyos valores sean consecutivos del 1 al 7. Pero suele usarse la española. Cada una de las figuras vale medio punto. El resto tiene el valor representado por su índice, es decir el valor indicado en la carta.
Para iniciar el juego, deberá establecerse qué jugador será el primero en tener la banca. Este reparte una carta a cada uno y se incluye. Cada uno puede mirar su carta, pero no realizará jugada alguna hasta que llegue su turno. El primero corresponde al jugador situado a la derecha de la banca. En su turno, el jugador hace su apuesta y pide carta o se planta. Si se planta, el turno pasa al jugador de su derecha. Si quiere pedir carta, antes de hacerlo puede descubrir la carta que ya tiene o dejarla tapada. En primer caso tendrá que recibir la otra carta tapada; en el segundo caso la recibe sin tapar, ya que cada jugador puede tener una carta tapada como máximo.
Para tapar o descubrir las cartas debe tenerse en cuenta que lo más conveniente es que estén ocultas las cartas altas y descubiertas las bajas; por ello, se descubren las cartas hasta el cuatro y se tapan a partir del cuatro. El cuatro queda dentro de las dos opciones y taparlo o descubrirlo dependerá de cada jugador y de las cartas que hayan salido.
Cuando se pide carta o al plantarse puede hacerse una nueva apuesta. Al recibir la segunda carta pueden suceder tres cosas: 1) El valor total de la carta supera siete puntos y medio. En este caso el jugador ha perdido, entrega al valor de su apuesta a la banca y las cartas van al montón de las usadas para ser barajadas en la mano siguiente. 2) El valor total de las cartas no alcanza siete puntos y medio. En este caso el jugador puede pedir una nueva carta o plantarse. 3) El valor total de las cartas suma siete puntos y medio. Obviamente, el jugador se planta.
Después de terminar el turno de todos los jugadores llega el de la banca, que juega con todas sus cartas descubiertas. Primero destapa en la que se ha dado en la distribución inicial. En ese instante puede optar entre plantarse o pedir carta. El turno de la banca termina cuando se planta. Si se pasa, ha perdido y debe pagar a los jugadores que se han plantado. Si ha conseguido las siete y media, gana a todos. En caso de plantarse, la banca gana a todos los que tienen una jugada de valor menor o igual que la suya y pierde con todos los que tienen una jugada de valor superior. La banca paga una cantidad igual al valor de la apuesta a todos los jugadores que han ganado, excepto a las jugadas que han obtenido las siete y media, que cobran el doble de la cantidad apostada.