Disputada entre varios, la partida es individual, aunque requiere de sociedades parciales con el único propósito de impedir que el declarante cumpla con lo prometido. Un vínculo que está obligado a cambiar, según las circunstancias, con un solo propósito: quedarse con todo.

El Tarot es un juego original de Italia, que se juega con 78 cartas de las barajas francesas del tarot. Esta baraja se compone de cuatro palos de 14 cartas cada uno (56 cartas), 21 cartas especiales, los triunfos, y la excusa, que es una carta especial como las de triunfos pero sin número ó con el 0.

Los palos pueden ser los de la baraja italiana (espadas, bastones, copas y oros) o los de la baraja francesa (tréboles, diamantes, corazones y picas).

En Francia es más corriente en la actualidad jugar con estos últimos palos. Cada palo se compone de 10 cartas numerales cuyos índices van del 1 al 10 y 4 figuras: valet o sota, caballo, dama o reina y rey. Puede observarse que respecto a las cartas de la baraja francesa tradicional cada Palo cuenta con una cuarta figura, el caballo, y que respecto a la baraja española de 48 cartas cuenta con dos cartas extras: los dieces y las damas o reinas.

El objetivo del juego consiste en lograr el máximo de puntos obtenidos por el valor de las cartas de las bazas ganadas.

Un caso especial se da en la partida entre cinco jugadores, en la que el declarante se apoya en otro de los jugadores contra los tres restantes. Sin embargo, durante buena parte de la partida cada jugador sabe si es el asociado o no, aunque este dato es desconocido por los demás. En cualquier caso, la forma más habitual de jugar al tarot es entre cuatro jugadores, que juegan el declarante, contra los otros tres.

Después de que cada jugador haya valorado su mano se inicia la primera fase del juego: la subasta. Si todos los jugadores pasan, se anula el juego parcial y da el siguiente jugador. La subasta se hace a una sola vuelta, por lo que no hay posibilidad de una segunda voz para rectificar. Con buenas cartas es mejor subastar la opción más acorde con esas cartas y no intentar conseguir ser el tomador con una subasta baja. Por una parte se puede perder la subasta y, por otra, los premios con una subasta baja son peores.

Una vez establecido el tomador, el jugador de su derecha tendrá la primera salida para iniciar la segunda fase del juego: el carteo o juego de las bazas. En esta fase del juego los jugadores juegan sus cartas una a una ordenadamente en sentido antihorario. Cuando cada jugador ha jugado una carta se formó una baza. El ganador de la baza la recoge, la pone en su montón boca abajo y sale para la siguiente baza.

Si todas las cartas son del mismo palo, gana la baza el jugador que jugó la carta más alta del palo, según el orden de prelación indicado para las cartas.

Si hay cartas de varios palos pero no hay triunfos, gana la baza la carta más alta del palo de salida. Si en la baza se ha jugado un solo triunfo, gana la carta de triunfo. Si hay varios triunfos o todas las cartas de la baza son de triunfo, gana la baza el triunfo que tiene el número más alto.


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