La celebración de La Solemnidad de Todos los Santos tiene su origen en la Fiesta de dedicación a la Virgen María y todos los mártires, celebrada por el papa Bonifacio IV el día 13 de mayo del año 610, donde transforma el Panteón romano en la Iglesia de la Santísima Virgen y todos los mártires. A partir de esa fecha muchas iglesias comienzan a celebrarlo; se cree que fue escogida la fecha del 1 de noviembre por que seguramente coincidía con alguna de las antiguas celebraciones paganas de los pueblos germanos. Esta fiesta cristiana se celebra en las iglesias Católica y Anglicana el día 1º de noviembre. “Santo”, según la Iglesia Católica, es aquel que ha dedicado su vida a agradar a Dios. Algunos han sido canonizados y de esa forma se los declara oficialmente “Santos” por el Papa de la Iglesia. Para declararlo santo antes tienen que hacerse averiguaciones sobre su vida; comprobar por quienes lo conocieron si su vida era realmente ejemplar y virtuosa; de ser así se lo declara “Siervo de Dios”; si sus virtudes fueron heroicas, se lo declara “Venerable”, si realizó un milagro se lo declara “Beato” y si realiza otro milagro por haberlo invocado o solicitado su intercesión, se lo declara “Santo”. Los Santos se dividen en categorías: apóstoles y evangelistas, mártires, confesores, doctores, vírgenes, matronas y viudas. Las distintas comunidades españolas celebran el Día de Todos los Santos de distinta forma; por ejemplo en Galicia se celebra el Magosto (consiste en una hoguera donde asan castañas).