Este popular juego de cartas es de origen italiano. Popularmente también se conoce como el “subastao”. Se trata de una modalidad de tute que se juega con barajas españolas de 40 cartas, de las que se retiran los doces, quedando así 36 cartas, 9 de cada palo.
Siguiendo la descripción anterior el jugador tendrá una distribución exacta de las cartas entre los jugadores (corespondiéndole 12 a cada uno). El tute subastado es uno de los juegos más interesantes y difíciles de los que se juegan con este tipo de barajas y en el que participan 3 jugadores.
El objetivo del tute subastado consiste en lograr conseguir el total de puntos declarado en la subasta. Estos puntos se consiguen sumando el valor de las cartas de las bazas ganadas, los acuses, y el premio por ganar la última baza o las diez de últimas.
Para empezar a jugar, primero deberán sortearse los distintos lugares que ocuparán los jugadores alrededor de la mesa, así como sus funciones de mano y dador. Asimismo deberá prepararse la baraja, separando los doses de una baraja de 40 cartas. Tras los preliminares, el que da las cartas las dará a cortar al jugador de su izquierda sin barajarlas.
A continuación distribuirá las cartas de seis en seis de derecha a izquierda en el sentido antihorario, hasta que cada jugador tenga doce cartas. El modo de distribuir sin barajar y de seis en seis hace que las manos sean muy irregulares, abundando las cartas del mismo palo y los fallos. Una vez repartidas las cartas según las normas del tute corriente, y antes de iniciar el juego con ellas, se realiza una subasta para determinar cuál de los tres participantes en el juego va a actuar como jugador. Este será el que ofrezca más tantos.
Se suele fijar un mínimo de tantos para iniciar la subasta, que, generalmente, es de 60. Hay que tener en cuenta que el total de tantos de una partida de tute es de 130 sin acuses, y que se puede llegar a los 230 con cuatro acuses. Después de repartidas las cartas, la última carta del mazo no pinta el triunfo, como sucede en las otras modalidades del tute.
El triunfo será escogido por el jugador, es decir, por quien gane la subasta. Con las cartas que tienen en la mano, los jugadores harán sus cálculos sobre los tantos que podrán hacer, teniendo en cuenta que será triunfo el palo que más les convenga. Así, si un jugador tiene el caballo y el rey de un palo, y éste se escoge como triunfo, ya tendrá 40 tantos tras el acuse. Si tiene caballo y rey de dos palos, deberá escoger como palo de triunfo el que más apoyado tenga en el resto de cartas que posee en la mano.
En cualquier caso, este jugador ya contará con 60 tantos de acuses. El primer jugador que habla es el mano. Puede decir paso, si considera que no puede ganar el mínimo de tantos establecido para iniciar la subasta, o bien comunicar los tantos que cree que puede hacer y que deben ser necesariamente un número múltiplo de cinco igual o superior al mínimo establecido (60, 65, 70, 75, 80, 85...). No puede indicar todavía el palo de triunfo. Después de que el mano haya hablado, es el turno del segundo jugador, que podrá decir paso si no puede superar en cinco tantos, o en un múltiplo de cinco, los tantos ofrecidos por el mano.
En caso contrario, es decir, si cree que escogiendo el triunfo puede ganar más, anunciará el número de tantos superior al del mano en un múltiplo de cinco que cree poder hacer. Naturalmente, si el mano ha pasado, el segundo puede subastar a partir del mínimo, ya que no tiene que superar ningún tanteo anterior. Finalmente, llega el turno del tercer jugador, que es el que ha repartido. Este tiene las mismas opciones que los anteriores, pasar si no puede superar la subasta anterior, o declarar que puede ganar más tantos que los otros, siempre en un número múltiplo de cinco superior al último declarado.