La sueca es un juego de cartas de origen portugués que se extendió por Brasil, donde se popularizó. Se trata de un juego de bazas y puntos del mismo tipo que el tute español, la brisca italiana, el skat alemán o la belote francesa, en los que hay 120 puntos en disputa.
El objetivo de este antiguo pasatiempo de mesa, consiste en ganar cuatro juegos antes que los contrarios. Para eso es necesario conseguir en las bazas cartas por valor de más de 60 puntos.
Pueden participar cuatro jugadores que se enfrentan entre sí formando parejas, ya sea por sorteo o predeterminadas, las que se retan entre sí , y los miembros de cada pareja se sientan frente a frente en la mesa.
El jugador que ha tomado la carta más alta escoge sitio y es el primer dador en caso de que no haya sorteo de parejas, igualmente debe realizarse un sorteo para determinar quién escoge sitio y es el primer dador.
Para jugar a la sueca se utilizan sólo cuarenta cartas de la baraja inglesa, por lo que hay que descartar los ochos, los nueves y los dieces. También es posible jugar con una baraja portuguesa tradicional o una española de 48 cartas, descartando en ambos casos los ochos y los nueves. En caso de utilizar una baraja española de 40 cartas, no es necesario descartar ninguna carta.
Cada jugador en su turno, siguiendo el sentido horario, echa una carta hasta que hay cuatro en la mesa y el ganador las recoge y sale en la siguiente. Una vez jugadas las diez bazas, cada pareja toma el montón de cartas ganadas y procede al recuento de sus puntos. En cada juego de sueca hay un palo especial, denominado de triunfo, que tiene preferencia sobre los otros palos, es decir, las cartas del palo de triunfo ganan a las de los otros tres palos aunque sean de orden inferior. El palo de triunfo se determina con la última carta del mazo después de cortar, si el reparto se hace en sentido horario, o la primera, si se reparte en sentido antihorario.
Cada jugador, en su turno, juega sobre la mesa una de las cartas de su mano. El jugador mano, que inicialmente es el jugador de la izquierda del dador y luego el ganador de cada baza, puede jugar cualquiera de sus cartas. Los otros jugadores, en su turno, deben jugar la carta del mismo palo, si la tienen. Si no pueden jugar la carta del mismo palo que el de salida, pueden jugar cualquier carta, sin que sea obligatorio jugar triunfo. Una vez que cada jugador haya jugado una de sus cartas sobre la mesa se habrá formado una baza.
Si en la baza hay una o más cartas de triunfo, gana la carta más alta del palo de triunfo. Si no hay triunfo, gana la carta más alta del palo de salida, aunque haya cartas más altas de otros palos.
El jugador que ha echado la carta ganadora recoge las cuatro cartas de la baza y las coloca boca abajo en un montón frente a él o frente a su compañero, ya que la puntuación es conjunta para los dos miembros de la pareja. Asimismo, este jugador se convierte en el mano para la siguiente baza, es decir, es el que sale a continuación.
El total de puntos de la baraja, en el juego de la sueca, es de 120. Si una de las parejas gana más de 60, se anota un juego. Para ganar la partida, una pareja tiene que ganar cuatro juegos. Si la pareja ganadora ha vencido sobrepasando los 90 puntos, gana dos juegos.
Si gana todas las bazas, se dice que "da una bandera", y gana cuatro juegos de golpe y, por lo tanto, la partida. Si cada pareja consigue 60 puntos, se produce un empate y ninguna de las dos se anota nada, pero el punto del juego se lo anotará el ganador del siguiente, que lo añadirá a los que le correspondan en él. Las parejas no se anotan los puntos ganados, sino sólo una marca por cada juego