A velocidad pura, sin las dos chicanas que sirven para reducir la velocidad y que serán utilizadas para correr la carrera, los pilotos de Súper TC2000 andarán más rápido que nunca, aprovecharán a full los motores V8 del sonido al estilo F-1.
Se dice que orillarán los 300 km/h, dato que no deja de causar cierta inquietud en particular entre los que irán arriba de los coches.
Y a propósito de velocidades, récord y demostrar que categoría es la más rápida,
el podio lo pelean el Súper TC2000, Top Race V6 y Turismo Carretera. La búsqueda de la velocidad es constante y convertirse en la más veloz, aunque disimulado, es un objetivo de los directivos. Tal vez pueda mencionarse como excepción al Turismo Nacional, autos de los más parecidos a los de calle, menos sofisticados y sin la velocidad de otros, sin embargo habituados a ofrecer muy buenas carreras, sin ir más lejos en Paraná.
Ahora bien,
¿son los autos veloces o súper veloces, garantía de buenos espectáculos? No parece. En el automovilismo argentino, que por su avance, inversiones, capacidad humana y desenvolvimiento en más de una ocasión, parece ser del mundo desarrollado,
se busca en forma permanente que los autos vayan cada vez más fuerte, sin embargo, aunque se consiga, los espectáculos muchas distan de resultar lo atrayente que debieran.
Los espectáculos automovilísticos en el país, salvo excepciones, se han tornado demasiado lineales, sin grandes golpes de escena fruto de grandes maniobras o algunos despistes o piñas como las espectaculares y afortunadas ocurridas hace poco en TC en Posadas. Las carreras no deparan tanto entretenimiento, emoción y nervios en los espectadores que, estoicos en más de una oportunidad, rodean los circuitos.
Por eso en el caso de Peón, con los récord por ejemplo, sigue buscando adosar nuevos aditamentos al espectáculo como… para romper la rutina.