Detuvieron a una dealer, una mujer boliviana de 38 años, y buscan a un delincuente que operaría en su banda. Hablaba en quechua para no ser descubierta.
La Policía Federal Argentina (PFA) logró desarticular una cocina de droga en el barrio 9 de Abril del partido de Esteban Echeverría, una especie de laboratorio casero donde producían cocaína para encapsularla y enviarla al exterior a través de personas que las ingerían, denominadas mulas. En ese marco, detuvieron a una mujer de nacionalidad boliviana e incautaron estupefacientes y dinero en efectivo.
La investigación comenzó a principios de año y estableció que una mujer se encargaba de la producción, distribución y acopio de estupefacientes en pequeñas y grandes cantidades, en su vivienda. Asimismo, surgió que tenía relación con un hombresubordinado a sus actividades.
Se registraron, además, la llegada de potenciales compradores en vehículos de mediana y alta gama, conductas que hacían presumir el expendio de drogas a mediana escala, como así también que la involucrada llevaba a cabo algún tipo de actividad que podría estar relacionada con el estiramiento de la sustancia o algún proceso químico de la misma.
La mujer hablaba en quechua para encriptar sus conversaciones, para lo cual se contó con la colaboración de personal de la PFA idóneo en esa lengua, con el fin de develar el contenido de varios diálogos.
Reunidas todas las pruebas aportadas por los efectivos de la División Operaciones Área Metropolitana Sur de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 1 de Lomas De Zamora, a cargo de Federico Villena, ordenó tres allanamientos.
Durante los operativos se aprehendió a la cabecilla y se secuestraron 1,9 kilogramo de cocaína, 5,5 kilogramos de pasta base, una bolsa con varias cápsulas de látex, 20 mil pesos en efectivo, varios elementos para la producción y fraccionamiento de las sustancias, dos balanzas de precisión, herramientas de corte y fraccionamiento, de cocina y almacenamiento, una garrafa, un mechero, un tacho de plástico vacío y cápsulas de látex entre otros elementos de interés para la causa.
Se encontraron una gran cantidad de ovoides de látex vacíos, con resto de pasta base en su interior, siendo un recurso usado generalmente para el transporte de estupefacientes mediante la modalidad de ingerirlos, pudiendo almacenar cada uno de ellos 5 gramos de sustancia.
Este modus operandi es utilizado frecuentemente por las organizaciones criminales para el traslado de narcóticos desde los países de producción -Perú y Bolivia- hasta nuestro país, valiéndose del servicio de personas que acceden a ingerir estos envoltorios arriesgando su propia vida, motivados por necesidades económicas, conocidos en la jerga como "mulas", "camellos" o "burriers" (término este último utilizado especialmente en Perú).
En destino, deberán evacuar lo consumido para que los narcotraficantes recuperen el producto. Pero la rotura del envoltorio con droga en el interior del organismo -el estómago o los intestinos- provoca la muerte inmediata. Los aeropuertos cuentan con dispositivos -conocidos como Body Scan- que son utilizados para pasajeros considerados sospechosos, ya que llegan tarde al embarque, con muy poco equipaje, y cuando son interrogados se manifiestan muy nerviosos. El Body Scan permite determinar la presencia de elementos extraños en el cuerpo, y que el personal de seguridad identifica rápidamente como droga: en tal caso, la persona es detenida y derivada a un hospital, para que expulse la droga, ante el grave riesgo para su salud.
La existencia de una "cocina de cocaína" se evidenció por los recipientes empleados para el proceso químico en cuestión: ollas y otros elementos de filtrado, los que presentaban restos de pasta base y de clorhidrato de cocaína, al igual que utensillos con precursores químicos necesarios en el proceso.
El procedimiento contó con la cooperación de personal de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, de la Superintendencia de Bienestar, la Dirección General de Sistemas contra el Narcotráfico y de la Dirección General de Orden Urbano y Federal.
La detenida, una mujer boliviana de 38 años de edad, quedó a disposición del magistrado interventor por infracción a la Ley de Drogas.
Cabe destacar que respecto a los resultados de la lucha contra el narcotráfico, según las últimas estadísticas dadas a conocer por el Ministerio de Seguridad de la Nación, el decomiso de cocaína aumentó en un 5 mil por ciento respecto al primer semestre del año pasado.