Con un saldo de 13 muertos -varios de ellos civiles- y más de 300 heridos, el 3 de diciembre de 1990, pocas horas después de haberse iniciado, culminó el cuarto y último de los alzamientos de los militares "Carapintadas", que impulsó el coronel ultranacionalista Mohamed Ali Seineldín y del que este jueves se cumplen 25 años.
Bajo esa presión fueron arrancadas las leyes de Obediencia debida, Punto Final y los indultos del menemismo.
Los nombres de ambos se correspondían con quienes Alfonsín dio en llamar "héroes de Malvinas". Amados por su tropa fueron quienes más resistieron en combate durante aquella gesta. Antes Seineldín había participado en la represión en Tucumán, bajo las órdenes de Antonio Domingo Bussi y encargado de la seguridad del Mundial de Fútbol de 1978, en plena dictadura.Fruto de pactos nunca cumplidos entre "paisanos" y antes que asumiera el peronista Carlos Menem la Presidencia, los alzamientos de Villa Martelli en 1988, en las postrimerías del alfonsinismo, y el del 3 de diciembre de 1990 tuvieron como protagonista excluyente a Seineldín.
En sus arengas a los cuadros militares y a sus seguidores civiles, Seineldín planteaba un mapa mundial, donde las fronteras ideológicas se extendían a la Social Democracia, surgida en Europa como cara oculta del Marxismo y cuya expresión era el expresidente Alfonsín.Menem y Seineldín eran descendientes de inmigrantes sirios y mucho se ha hablado de promesas incumplidas, incluyendo la posibilidad de que "el Turco" ocupara el cargo de Comandante en Jefe del Ejército.
En 1989, Menem llegó al Poder e indultó a los jefes "carapintadas", como antesala de las amnistías que dictaría un año después a los jefes militares y guerrilleros de la década de los setenta.La decisión con que Menem ordenó la represión fue el claro mensaje de los tiempos que corrían: no habría más alzamientos militares.
El destino de Seineldín estaba sellado, un tribunal militar lo condenó a prisión por tiempo indefinido. Su última aventura había dejado un saldo de 13 muertos y 350 heridos.
El indulto le llegó durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Falleció el 2 de septiembre de 2009 de un paro cardiorespiratorio, esperando el juicio de la historia.