La fría madrugada del 3 de octubre de 1968 no fue un día más en la vida de Yoliván Biglieri. El abogado, escribano, periodista y ex profesor de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora tenía ante sí a una persona dispuesta a matarlo por el sólo hecho de haberlo tratado de "traidor".
Es por ese sólo hecho que tanto Biglieri como el almirante Benigno Varela fueron considerados los últimos duelistas de la Argentina, que dirimían a través de las armas su honra y honor.
El escenario fue la quinta de Ballarati, ubicada en Caaguazú al 200 de Lanús Este y tanto el dirigente radical como el militar llegaron temprano acompañado de sus padrinos, tal como marca el protocolo para estas cuestiones.
El ex diputado Vicente Mastolorenzo y el doctor Jorge Nage, representando a Biglieri, y los almirantes Barneris y Garzani, por parte de Varela, se pusieron de acuerdo en que sería un duelo a muerte y que se utilizarían espadas en el enfrentamiento.
Sin embargo, a los 28 minutos de combate fue el médico quien detuvo el duelo debido a la inferioridad física del marino, quien presentaba profundos cortes en su espalda, orejas y distintas partes del cuerpo. Biglieri, en tanto, presentaba dos puntazos, uno en su mano derecha y otro en su pómulo.
Fuera de los presentes no hubo testigos de la sangrienta contienda. Los periodistas fueron apartados y ubicados cerca de los policías. Otros se ubicaron en un viejo y alto tanque de agua a más de cien metros de distancia. Sin embargo, a pesar de la distancia y la escasa visibilidad por la hora, el duelo fue filmado y las imágenes fueron editadas en los Estados Unidos por parte de especialistas en enfrentamientos a muerte o a primera sangre.
En el libro de Alfonso Piñeiro -La Historia Argentina que muchos argentinos no conocen- se hace mención tanto al duelo de Biglieri y Varela, como así también al primero de los enfrentamientos, que tuvo lugar en 1814, en lo que hoy es el Parque Lezama, entre Juan Mackenna y el espadachín chileno Luis Carrera.
Biglieri y Varela fueron las últimas personas en batirse a duelo en Argentina, ya que luego del enfrentamiento se prohibió esta forma de lavar el honor y la honra en el país.