Lo cierto es que el
iPhone 5C utiliza gran parte, por no decir todo, de la tecnología del iPhone 5. Sus novedades son: nuevas carcasas de policarbonato de colores: azul, verde, rosa, amarillo y blanco, (no vendrá en negro). Nada más. El procesador será el mismo que la última versión: el A6. ¿Su costo? En los Estados Unidos
US$99 (16 GB) y US$199 (32 GB) con un contrato a dos años. ¿Sin factura? U$S 549 en el país del norte. Lo mismo que el iPhone 5.
Lo que se especulaba, que esta versión competiría en uno de los mayores mercados globales, el de China, a un bajo costo quedó por el suelo. El teléfono, sin subsidio ni contratos, estará U$S 733 en el país asiático. Un costo elevadísimo si tenemos en cuenta que el principal competidor de Apple, Samsung, vende sus Smartphones a menos de U$S 100 en el este de Asia.
Para terminar de adornar la cuestión, el iPhone 5 quedará discontinuado. Entonces, podríamos decir que este 5C es un lavado de cara demasiado costoso, y nada más. Ni siquiera cuesta los 100 dólares menos que Apple descontaba a las versiones anteriores de sus dispositivos.
En tanto, el
5S suena algo más prometedor, viene con un chip de 64 bits, iOS7, será fabricado en aluminio, y estará disponible en plateado, dorado y gris oscuro. Parece que el negro quedará en el olvido.
En cuanto a la autonomía, la batería soportará 10 horas hablando con 3G, navegando con LTE, WiFi, o 3G, y 250 horas en reposo. Este es el punto más débil del nuevo 5S, en comparación a los otros Smartphones estas cifras son irrisorias. El Sony Xperia y el LG G2 tienen más del doble de capacidad, y el Nokia Lumia 1020, el Samsung Galaxy S4 y el Motorola Moto X lo superan con amplitud.