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Rafael Nadal derrotó por 7-6 y 6-2 a Casper Ruud y se quedó con La Revancha, exhibición disputada en Parque Roca. Luego jugaron un dobles mixto con Sabatini y Dulko.
Rafael Nadal y Casper Ruud regalaron un verdadero espectáculo de tenis en Parque Roca: fue triunfo del español por 7-6 (10-8) y 6-2, quien de ese modo se quedó con la exhibición 'La Revancha'. El nombre hace alusión a la final del Roland Garros 2022, en el que Rafa se impuso y logró el récord de ser el máximo ganador de Grand Slams.
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El primer set fue muy parejo de principio a fin, a tal punto que debieron al Tie Break. Y allí, la balanza se inclinó para el noruego, que se puso 3-0 arriba, y luego de que Rafa iguale 3-3, llegó al doble set point y quedó 6-4. Pero al igual que durante toda su carrera, al manacorí no le tembló el pulso en un momento caliente y llevó la ventaja a su favor, 7-6. Pero el tramite se alargaría, hasta que con un puntazo, Nadal firmó 10-8 y se llevó el parcial.
En el segundo set, la superioridad del tenista de 36 años, ganador de 22 Grand Slams, fue notoria. Le quebró el saque a su rival en el tercer y quinto game, y con su propio servicio liquidó el partido en el octavo juego, decretando el 6-2. Así, Nadal, que volvió a jugar en Argentina luego de seis años, se llevó el partido en sets corridos, en una hora y cuarenta minutos.
Luego del partido, Nadal y Ruud jugaron un dobles mixtos con las históricas tenistas argentinas, Gabriela Sabatini y Gisela Dulko. El español hizo dupla con Sabatini, mientras que el noruego formó pareja con Dulko.
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Un ballboy jugó un punto con Nadal y le tiró una 'Gran Willy': el video
Apenas comenzado el segundo set y estando 1-1 en dicho parcial, Casper Ruud le cedió la raqueta a un ball boy para que juegue un punto con Nadal y el joven no quiso ser menos que el espectáculo: le sacó de abajo, y luego de conectar un par de golpes, ante un globo al fondo de la cancha de Rafa el ball boy tiró una 'Gran Willy', golpe de espaldas que popularizó Guillermo Vilas. La pelota se fue ampliamente afuera pero el joven, entre una gran sonrisa y los aplausos del estadio, volvió a su puesto y le devolvió la raqueta al noruego. Sueño cumplido.