No fue el final deseado para el turf argentino el de esta nueva edición del Gran Premio Latinoamericano (G1-2000 metros). Una vez más el triunfo viajó a Brasil, cuya hípica lidera con once victorias la estadística de la competencia continental por excelencia.
El triunfo le correspondió a Doutor Sureño (Agnes Gold), un representante del Haras Moema, entrenado por Victorio Fornasaro, que vino por el fondo del pelotón y en el final voló para quedarse con el premio mayor a partir de los 300 metros decisivos, llegando al disco en 1’58”2/100 con tres cuerpos de ventaja sobre el peruano Don Feres (Singe The Turf), mientras que a una cabeza de éste llegaba Natan (Señor Candy), el mejor de los argentinos, que quedó encerrado por dentro en la recta y cuando halló el hueco y salió con fuerza ya era demasiado tarde.
Los otros tres representantes de la hípica nacional llegaron algo alejados: Pepe Joy (Fortify) e Irwin (Seek Again) amagaron a poco de ingresar a la recta por el lado exterior, pero en el final se quedaron y finalizaron en el octavo y noveno puesto, respectivamente. Y Best Galano (galán de Cine) cerró la marcha tras haber venido cerca hasta poco antes de ingresar al derecho.
Un final apasionante dejó el Gran Premio Jockey Club (G1-2000 metros), que quedó en poder de Happy Happy Day (Hi Happy), un potrillo que fue comprado hace poco tiempo por el stud Las Monjitas que, conducido por Brian Enrique, siguió al puntero Iron Forge (Forge) hasta el ingreso a la recta final donde dominó para en el final contener las atropelladas de Beauty Sea (Seahenge) y la potranca No Fear (Agnes Gold).
En la línea de sentencia, el pupilo de Carlos Daniel Etchechoury mantuvo tres cuartos de cuerpo de ventaja sobre el potrillo, quedando tercera a un largo más la potranca. Todo en el gran registro de 1’57”69/100, menor al empleado en el Latinoamericano.
“Es la primera vez que lo corro y la verdad es que es un gran potrillo. Demostró que tiene un gran corazón”, señaló Brian Enrique tras la competencia.
Fue la segunda victoria para el nieto de Harlan’s Holiday y el segundo Jockey Club consecutivo para la caballeriza y el entrenador, que el año pasado habían triunfado con Natan (Señor Candy).
La yegua Nanda Dea (Fortify) impuso condiciones ante los machos en el Gran Premio San Isidro (G1-1600 metros), repitiendo lo que había hecho tiempo atras en el Clásico Ecuador (G2), disputado también en la pista de césped sanisidrese sobre la milla.
Si bien no ganó por tan amplio margen como en su anterior presentación, dejó la misma imagen esta yegua de casi 500 kilos que vino quinta en un inicio y así pisó la recta, pero una vez que Martín Valle encontró el hueco para hacerla atropellar, pasó de largo y se fue, llegando al disco en 1’33”29/100 con un cuerpo y medio de ventaja sobre Vespaciano (Daniel Boone), que cargó fuerte en el cierre.
“La yegua te da confianza, tiene una solvencia increíble, es una pinga, de lo mejor que corrí. Es un ejemplar de una clase impresionante y eso se vio reflejado una vez más esta tarde. Me encanta correrla”, señaló Martín Valle, que no regaló ni un centímetro a lo largo del trayecto.
Labrado (Le Blues) no dejó dudas al quedarse con el Gran Premio Suipacha (G1-1000 metros), demostrando una vez más que corre en cualquier superficie y sumando por segundo año consecutivo este cotejo.
Esta vez accionando más expectante que de costumbre y sin dar tanto trabajo en gateras, el pupilo de Ángel Bonetto se impuso en forma notable, derrotando por un cuerpo y medio a la yegua Glory Bomb (Hit It A Bomb) al cabo de 53”91/100
“Es un gran caballo al que tengo la suerte de correr. Hoy largó bien, venía a unos tres cuerpos cómodo y cuando cambió de manos pasó muy fácil. Creo que de las veces que corrió en el pasto, esta fue la que mejor lo hizo”, confió Wilson Moreyra, quien monto al pupilo de Ángel Bonetto que representa a la caballeriza Don Ariel.
De esta manera, Labrado sumó su novena victoria en once salidas a pista. La octava dentro del terreno jerárquico y la cuarta de Grupo 1. Se mantiene invicto en tres presentaciones en el césped y espera en breve la revancha con la uruguaya Girona Fever (Texas Fever), otra gran sprinter del Río de la Plata con la que se cruzará en breve en la arena palermitana.
La primera prueba jerárquica del espectacular sábado en San Isidro fue el Clásico Sibila (G2-1600 metros) en el que se impuso Violeta M (John F. Kennedy), una yegua rendidora, sobre todo en esta pista, que aprovechó el trámite violento que le imprimió a la carrera Súper Cachorra (Super Saver) para pasar de largo en el cierre.
En el disco, la conducida por Brian Enrique, que entrena Carlos Daniel Etchechoury y defiende los colores del stud Chelsea, puso tres cuerpos sobre Dama Amazona (Señor Candy) al cabo de 1’33”18/100.
De esta manera, la ganadora alcanzó la séptima victoria de su campaña, la cuarta dentro del terreno jerárquico.