La proliferación de insectos se hace más aguda en esta época del año, con las elevadas temperaturas. Existen productos químicos para una solución más rápida, pero también se pueden usar métodos naturales. En este sentido hay que saber que algunas plantas, como las aromáticas, actúan de repelente contra los insectos.
Las altas temperaturas afectan de distintas formas al jardín. La proliferación de insectos se hace más aguda y para mantenerlo sano, hay que utilizar más recursos y ponerle mayor dedicación. El ataque constante de los insectos lleva a los amantes del jardín a buscar distintas alternativas para combatirlos.
Si bien existen productos químicos para dar una solución más rápida, también se puede intentar alejarlos con elementos naturales, para evitar la contaminación. Por eso es conveniente saber que algunas plantas como las aromáticas, actúan de repelente contra los insectos.
Dentro del mundo vegetal existen cerca de 350 tipos de plantas como el romero, la lavanda, el apio o la caléndula, que ayudan a repeler a distintas especies de insectos, y además lo hacen sin contaminar. Otras plantas utilizan sus químicos volátiles y aromáticos para atraer insectos que mantienen alejadas a las plagas de sus hojas, flores y raíces.
Presencia molesta
El olor que desprende la albahaca es muy eficaz para alejar a moscas, mosquitos, y demás insectos voladores. La molesta presencia de estos pequeños animales también se puede evitar plantando geranios aromáticos en canteros o macetas, como la citronela. Otra planta aromática muy útil para este fin es la ciboullette, su olor aleja a los pulgones de la zona donde crece esta hierba.
La madreselva y la ortiga también son buenos repelentes contra esta plaga tan dañina. A estos áfidos tampoco les gusta el olor que desprende la menta. Lo mismo les ocurre a las hormigas. Para alejarlas del jardín, también se puede utilizar lavanda. En este caso, se prepara una infusión de esta planta, se deja enfriar y se pulveriza sobre las plantas que pueden verse afectadas.
En las huertas, los gusanos deben permanecer alejados. Lo ideal es plantar dalias o salvia. Si el objetivo es alejar a los escarabajos de algunas zonas o plantas del jardín, será suficiente con mantener cerca una planta de romero. Las zanahorias también se verán beneficiadas por la acción protectora de esta hierba aromática, que al igual que los bulbos de la familia de las liliáceas, aleja a las moscas de esta hortaliza.
Los tulipanes, narcisos o jacintos también repelen la acción dañina de los conejos en las huertas, sobre algunas especies de repollos. Estos vegetales también se mantienen a salvo de la mariposa blanca gracias al tomillo. Si los atacantes de los cultivos son los gusanos grises, unas plantas de pequeños crisantemos los mantendrán lejos.
Para acabar con los insectos también se puede recurrir a pequeños trucos. Por ejemplo una cucharada de detergente y dos gotas de lavandina mezcladas en un litro de agua son muy eficaces para pulverizar las plantas afectadas por la cochinilla.
Para combatir la mosca blanca basta con regar la planta afectada con agua en la que hayan permanecido algunas horas media docena de cigarrillos. Esta operación, válida también contra la cochinilla, debe repetirse cuatro días seguidos.
Las hojas de nogal, las ramas de saúco y el ajenjo suelen dar muy buenos resultados para repeler a moscas y mosquitos.
La existencia de pulgones trae con frecuencia la aparición de hormigas, así que es aconsejable acabar antes con los primeros para combatir luego a las hormigas. Éstas no soportan el olor del limón, por lo que se conseguirá espantarlas si se frota uno de estos cítricos en el tronco o rama donde se hayan localizado. A estos insectos también se los puede combatir con ajo. Para eso, sólo hay que sembrar un diente de ajo al pie de la planta.
En muchas ocasiones, determinados insectos se convierten en aliados de plantas y flores manteniéndolas a salvo de plagas dañinas. Tal es el caso de las lombrices de tierra, que no solo mejoran el sustrato al cavar túneles que esponjan y airean la tierra, sino que además descomponen la materia orgánica de la que se alimentan, lo que contribuye a formar compost.
Las vaquitas de San Antonio, también realizan una labor beneficiosa en el jardín, ya que se alimentan de pulgones. Para atraer a este pequeño coleóptero al jardín basta con plantar coriandro o hinojo. Los áfidos, tan destructivos para las plantas, también se mantienen alejados de éstas gracias a la acción de los abejorros y de las larvas del alguacil.