Arrancar las mañanas con una buena alimentación aporta energía para cumplir con las obligaciones y desafíos, pero mucha gente pone el foco en la cantidad y no en la calidad de su desayuno. La Dra. Zulema Stolarza, Presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) enfatiza en la importancia de comenzar el día con opciones saludables, que aporten todos los nutrientes necesarios para encarar las tareas cotidianas con el mejor rendimiento físico e intelectual y contribuyan a mantener un peso equilibrado.
"No tengo tiempo", "Prefiero dormir un ratito más", "Tomo algo cuando llego al trabajo", "No tengo hambre cuando recién me levanto", "Me hace mal comer y viajar": éstas son algunas de las excusas más frecuentes que escuchamos de nuestros pacientes, y la realidad es que el desayuno es la comida fundamental para tener un día pleno de energía, comenta también la doctora Silvina Tasat, Lic. En Nutrición y miembro de la SAN.
Para garantizar un buen inicio de jornada, es fundamental que la primera comida incorpore cereales o pan (preferentemente integral), leche o productos lácteos (es mejor si son descremados) y frutas frescas. Además, se recomienda sumar una ración de frutos secos que brindan ácidos grasos esenciales (grasas cardiosaludables), fibra, calcio, magnesio, selenio y zinc, y también tener en cuenta que el agua mineral y los jugos naturales son una buena alternativa para acompañar las infusiones e hidratarse.
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Uno de los errores más comunes que cometen las personas es saltearse el desayuno creyendo que así ganan tiempo de sueño o, incluso, que es una forma de reducir las calorías ingeridas. Sin embargo, es la comida fundamental para tener un día pleno de energía, porque es el momento en que se rompe con el ayuno nocturno, luego de haber pasado la mayor cantidad de horas del día sin ingerir alimentos.
Silvina Tasat, Licenciada en Nutrición y Vocal de la Comisión Directiva de la SAN, señala que "saltear el desayuno predispone al 'picoteo' y genera que, en el momento en que comemos, el organismo acumule las calorías que recibe en forma de grasas, como reserva energética, en lugar de utilizarlas". Por otro lado, resalta que "la sustitución del desayuno puede generar sensación de cansancio, agotamiento e irritabilidad, debido a la falta de glucosa circulante en el torrente sanguíneo ¿En cuántas oportunidades las maestras habrán visto chicos dormidos durante las clases de la mañana?".
En este punto, la Dra. Mónica Katz, Médica en Nutrición y Miembro de la Comisión Directiva de la SAN, explica que la glucosa es el combustible del organismo, necesario para la realización de las tareas habituales y del cerebro y, cuando no se desayuna, puede observarse disminución del rendimiento escolar, de la concentración y de la capacidad de aprendizaje en niños y adolescentes, así como también en adultos. Por eso, contra viento y marea y sobre todo, contra sus caprichos, a desayunar siempre.