La mujer elegante pero desenfadada y segura de sí misma, ataviada con prendas de colores alegres y exagerados volúmenes, recorrió la pasarela de la casa de moda Carolina Herrera, que presentó en la Semana de la Moda de Nueva York su esperada propuesta de otoño.
Wes Gordon, el director creativo de la firma, apostó por el magenta, el azul cerúleo, el coral o el amarillo girasol en amplias faldas y voluminosas mangas, para proyectar su imagen de una fémina moderna que marca la diferencia.
“La mujer de Carolina Herrera es colorida, destaca, se lo pasa bien, echa la cabeza hacia atrás cuando se ríe, y nunca busca mimetizarse con lo que la rodea” explicó Gordon poco antes del desfile en las redes sociales.
“En un día en el que todos están llevando abrigos negros, ella lleva uno fucsia, porque el mundo ya es lo suficientemente serio”, detalló.
La primera pieza que apareció en la pasarela del elegante Historical Society de Nueva York, donde el modisto ya debutó para Carolina Herrera el pasado mes de septiembre, reflejaba a la perfección esta ilusión.
Un vestido de dimensiones exageradas, compuesto por tres grandes y fruncidas franjas de tela decoradas con un pequeño estampado de flores azul cielo sobre un fondo de intenso amarillo, fue el diseño que, con sólo un vistazo, transmitía claramente la idea del joven Gordon, de 32 años.
Le siguieron elegantes trajes de chaqueta de líneas clásicas, impulsados sin embargo por el azul cerúleo que monopolizaba la pieza, o un largo y fluido vestido en rosa fucsia, ajustado a la cintura y de cuello alto, decorado con un estampado floral en el mismo color pero de acabado satinado.
El modisto también jugó con la superposición de capas de tul en otros vestidos, en fucsia para un traje de gala de falda voluminosa y con una discreta capa que arrancaba de los hombros, o en otro modelo de un sólo hombro en rosa pálido, ceñido a la cintura, de donde salía una discreta cascada de tejido anaranjado.
Para las prendas de abrigo, la casa de moda se decantó por modelos largos, casi hasta el suelo, de líneas clásicas y rectas, en negro, rosa o en un estampado Príncipe de Gales gris.
El volante estructurado de gran tamaño fue uno de los elementos más utilizados en las mangas de algunas de las prendas, que se vieron en tops blancos negros o azules, un dramático toque que se adueñaba de todo el look.
Para vestir los pies, la casa de moda apostó por un cómodo calzado estilo babucha, también en vivos colores, tanto en plano como con un discreto y fino tacón.
La casa de moda Oscar de la Renta presentó en la Semana de la Moda de Nueva York su colección de otoño de este año, caracterizada por diseños femeninos y floreados y un gran abanico de texturas en un guiño a la región española de Andalucía.
Celebrado en el edificio Cunard, situado en el corazón del distrito financiero de Wall Street, las modelos de Oscar de la Renta desfilaron por un escenario repleto de plantas y arcos de herradura bicolores, similares a los que se pueden ver en monumentos andaluces.
La firma, cuya dirección creativa está en manos de Fernando García, de madre española, y Laura Kim, de origen coreano, se decantó para su nueva colección por vestidos femeninos que estilizan la figura de la mujer, ajustados al torso y cintura con flecos, elegantes calados de motivos vegetales o coloridos bordados florales.
El terciopelo, una de las tendencias del momento, estuvo muy presente en la propuesta de estos dos diseñadores, pareja además en la vida real, especialmente en negro azabache y en burdeos, que utilizaron para confeccionar trajes de coctel y de gala.
La pieza por la que es más conocida la marca, el vestido de alfombra roja, fue la que centró todas las miradas, en especial un vestido que desfiló la modelo Bella Hadid, palabra de honor en terciopelo y tul negro cuya majestuosidad acentuaba su falda y cola.
Un dramático vestido de ligeras plumas blancas de avestruz, por encima de la rodilla en la zona frontal que sin embargo arrastraba por la alfombra de la pasarela en la parte trasera, fue admirado también por los asistentes.