A 50 años de su fallecimiento, desterramos un viejo mito que circuló por décadas. Enterate, en esta nota
Si bien durante décadas prevaleció el mito de que el padre de los dibujos animados más conocidos fue congelado, la realidad fue muy distinta. Lejos de la criogénesis, los restos de Walt Disney fueron incinerados.
Así queda demostrado en su partida de defunción, en la que consta que tras su fallecimiento, un 15 de diciembre de 1966, el máximo referente histórico del cine de animación fue cremado en Estados Unidos, después de batallar contra un cáncer de pulmón.
Con su muerte se extendió rápidamente la historia de que su familia había decidido congelar su cuerpo a la espera de que los avances científicos pudieran encontrar una cura para la enfermedad que padecía. Algunos fueron incluso más lejos y aseguraron que solo se había congelado su cabeza.
Pero en realidad Walt Disney fue cremado ya que, aunque alguna vez había hablado a favor de la criogenización, nunca lo dejó por escrito, por lo que su familia ni se lo planteó.
Además de fundar la todopoderosa compañía que lleva su nombre, se llevó los diez primeros Óscar desde que se instauró en 1931 el premio al mejor corto de animación, y en sus 44 años de carrera logró 22 estatuillas, un récord aún no superado.
Fue el creador, junto a su equipo, de personajes legendarios como Mickey Mouse, el pato Donald, Pluto o Goofy, estrellas de unos estudios que fundó junto a su hermano Ron en 1923 -originalmente llamados Disney Brother Studios-.
Y fue, por encima de todo, un visionario del campo de la animación, a la que dedicó toda su vida, y que amplió más allá de las salas de cine, con una serie de parques de atracciones que demostraron su arriesgado estilo empresarial.
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